domingo, febrero 11, 2024

Estrés y Medicina Ortomolecular

Estrés y Medicina Ortomolecular

#Estrés #Medicina #Ortomolecular
Por: Doctora Laura Martino de Romero.

En una sociedad cargada de presiones, acelerada y violenta, nuestro organismo reacciona capacitándonos para hacer frente a estas situaciones produciendo modificaciones bioquímicas con consecuencias biológicas.

Con frecuencia nos vemos obligados a hacer frente a situaciones que alteran nuestros planes, afectan nuestras emociones y desestabilizan nuestro estado anímico. El estres actúa como un mecanismo natural de defensa para restablecer nuestro equilibrio interno, liberando en el ce­rebro dos sustancias:
1.- Adrenalina, que actúa inmediatamente como un reflejo de lucha y defensa,
2.- Adrenocorticotrofina (ACTH) que es­timula a las glándulas suprarrenales, que se encuentran sobre los riñones, para que produzcan Cortisol, hor­mona que regula de manera conti­nua el estres persistente.

Estas glándulas también son las responsables de la producción de las hormonas sexuales femeninas y masculinas, utilizando siempre al Colesterol como materia prima de todas ellas.

De esta manera, ante una situación de estres, nuestro cerebro da la orden para que se produzca la mayor cantidad posible de Cortisol (aumentando el Colesterol circulante en sangre para que pue­da estar biodisponible para generar dicha hormona), pero disminuye la formación de Estrógenos y Testosterona, ya que elige naturalmente dar prioridad a la defensa contra el estres. Esta es una de las razones por las que disminuye o desapare­ce el deseo sexual, en hombres y mujeres estresados, y aumentan los niveles de Colesterol en sangre, aún llevando una dieta saludable y reali­zando una correcta actividad física.

Si bien estos mecanismos de defen­sa son indispensables para que po­damos desarrollar nuestras activida­des en la vida cotidiana, cuando los factores estresantes se perpetúan en el tiempo, dan lugar a una pro­ducción ininterrumpida de Adrena­lina y Cortisol que desencadenarán enfermedades a corto, mediano o largo plazo, principalmente: Hiper­tensión Arterial. Enfermedades cardiovasculares. Aumento del Coleste­rol. Aumento de la grasa abdominal. Disminución de la masa muscular. Obesidad. Diabetes. Disminución de la masa ósea. Aumento del apetito. Acidez estomacal.

Alteración de la flora bacteriana intestinal, que se manifiesta frecuen­temente mediante el Síndrome de Colon Irritable. Disminución de la Se­rotonina cerebral, sustancia funda­mental para evitar las compulsiones por los dulces y harinas, para dormir bien, tener sensación de bienestar y felicidad, evitar las cefaleas, ansieda­des y ataques de pánico. Disminu­ción de las defensas.

Los niveles más altos de las hormonas del estrés se asocian significati­vamente con menores concentra­ciones de Inmunoglobulina IgA se­cretora, que proporciona defensas antivirales y antibacterianas, siendo el factor más importante de nuestra inmunidad en las mucosas del aparato digestivo, pulmones y tracto urinario. Toda persona joven o no, sometida a un gran stress, es más vulnerable a contagiarse cualquier infección por este mecanismo.

Aumento de la coagulación de la sangre, siendo esto muy peligroso ya que al actuar en conjunción con la Adrenalina también aumentada por el estres, puede conducir a infartos cardíacos o cerebrales (mecanismo de muerte neuronal) en personas aun jóvenes.

Estos eventos ocurren a lo largo de diferentes etapas o fases, según el tiempo en que hemos estado so­metidos al factor estresor. Podemos identificar 4 fases en el diagnóstico y el tratamiento del estres:

1) Fase aguda de alarma: respuesta normal y positiva del organismo al estrés.

2) Fase crónica de resistencia: permi­te al cuerpo soportar el estrés conti­nuo (dolor, fatiga, lesiones, etcétera) durante un largo tiempo.

3) Fase crónica de tentativa de man­tención: respuesta descompensa­da ante la persistencia del factor estresor, que obliga al organismo a producir altas concentraciones de cortisol dando lugar a sus efectos nocivos.

4) Fase de extenuación: respues­ta de agotamiento del cuerpo en que las glándulas suprarrenales no pueden mantenerse al día con el estres continuo y su creciente demanda de Cortisol, provocando una disminución de su producción. Este colapso se manifiesta de diver­sas maneras, ya sea con depresión grave, tendencias suicidas, asma, infecciones crónicas de las vías res­piratorias superiores, erupciones en la piel, colitis, úlcera duodenal gástrica, artritis reumatoidea, in­somnio, dolores de cabeza, fatiga, desmayos, sobrepeso y obesidad, palpitaciones, edema en las extre­midades, alteración de la memoria y dificultades del aprendizaje.

La Medicina Ortomolecular, mediante la evaluación médica minu­ciosa, análisis de laboratorio, estu­dios biofuncionales específicos y test de determinación del estado de neurotransmisores, posibilita diag­nosticar en qué etapa de padeci­miento del estres se encuentra cada paciente y en base a eso elaborar un plan terapéutico individual y perso­nalizado, adaptado a las característi­cas de cada paciente.

La Medicina Ortomolecular bus­ca optimizar el funcionamiento de nuestro organismo de manera natural, para hacerlo mucho más resistente. Para ello, se vale de antioxidantes y nutrientes denominados adaptógenos que tienen la capacidad de modular la actividad de las glándulas suprarrenales, per­mitiendo encontrar un punto de equilibrio funcional, de modo que el organismo pueda reaccionar de for­ma adecuada, positiva y controlada al stress durante periodos de tiempo prolongados.

Utiliza también nutracéuticos mitocondriales que retardan el envejeci­miento celular y aumentan el rendi­miento psico-físico. De esta manera la fatiga disminuirá naturalmente y mejorarán los síntomas, aumentan­do la autoestima y la libido, el entusiasmo, la habilidad para relajarse, la capacidad de disfrutar y el rendi­miento laboral. El paciente notará una disminución de la ansiedad, un aumento del interés, de la memoria y del aprendizaje.

Mediante la Medicina Ortomolecular podemos realizar tratamientos contra el estres y revertir sus con­secuencias, haciendo uso de herra­mientas naturales, que no tienen contraindicaciones y no generan de­pendencia física ni psíquica.

La clave está en reconocer los signos de alarma que nos manifiesta nues­tro propio cuerpo y buscar la ayuda apropiada para detener este pro­ceso conocido como HiperStress o Síndrome de Fatiga Crónica, lo más rápidamente posible, evitando así las graves consecuencias que puede desencadenar en el organismo.

lunes, enero 22, 2024

Prevalencia e Incidencia de la Obesidad en México

Prevalencia e Incidencia de la Obesidad en México: Un Problema de Salud Pública Creciente

La obesidad en México ha alcanzado proporciones alarmantes, revelan las últimas encuestas de salud y nutrición si los años 2022 y 2023.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 (Ensanut). Con un impactante 72.4% de adultos mayores de 20 años afectados por obesidad o sobrepeso, el país enfrenta una pandemia de salud pública que afecta a la mayoría de su población adulta.

Este problema se extiende a todas las edades, ya que uno de cada tres niños y adolescentes en México presenta sobrepeso u obesidad. La situación se vuelve más preocupante al llegar a la edad adulta, donde la prevalencia de la obesidad se duplica a casi cuatro de cada 10 personas mayores de 15 años. México ostenta la segunda tasa de obesidad más alta entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), quedando solo seis puntos por debajo de Estados Unidos.

En comparación global, México lidera en obesidad infantil y ocupa el segundo lugar en adultos. Estas cifras resaltan la urgencia de abordar este problema de salud pública que afecta tanto a la población joven como a la adulta.

El gobierno mexicano confirma que el 70% de los mexicanos tienen sobrepeso, y aproximadamente una tercera parte sufre de obesidad. Estas estadísticas subrayan la necesidad crítica de intervenciones y políticas de salud que aborden la raíz del problema y promuevan hábitos de vida saludables desde edades tempranas.

La obesidad no solo es una cuestión estética; es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Estas complicaciones de salud representan una carga adicional para el sistema de atención médica y reducen la calidad de vida de la población afectada.

Los datos revelan que la obesidad también afecta a la población más joven, con tasas preocupantes entre los niños de 0 a 11 años. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018 informa que, en el caso de los niños de 0 a 4 años, el 22.2% corre el riesgo de sobrepeso, mientras que los niños de 5 a 11 años muestran una condición de sobrepeso del 35.6%. Estos hallazgos resaltan la necesidad de intervenciones tempranas y educación nutricional desde la infancia para revertir esta tendencia preocupante.

La falta de actividad física es un factor clave que contribuye a la obesidad en México. La combinación de inactividad física con largas horas frente a pantallas de televisión, computadoras y videojuegos contribuye a un alto índice de masa corporal (IMC). La importancia de la actividad aeróbica se subraya, ya que la mayoría de los adultos necesitan al menos 150 minutos por semana para mantener una salud óptima.

En conclusión, la obesidad en México no solo es una cuestión estética, sino un problema de salud pública urgente que afecta a todas las edades. Abordar este desafío requiere esfuerzos coordinados en educación nutricional, promoción de la actividad física y políticas de salud preventivas para revertir la tendencia y mejorar la salud general de la población mexicana.

jueves, noviembre 13, 2008

IMC y perímetro de la cintura predicen el riesgo de muerte

IMC y perímetro de la cintura predicen el riesgo de muerte

El mayor trabajo hecho hasta hoy sobre obesidad y mortalidad, de la cohorte de EPIC, ha ratificado que el índice de masa corporal demasiado alto o bajo, la circunferencia de la cintura y la relación cintura-cadera son factores predictores de muerte, según se publica hoy en NEJM.

Patricia Morén. Barcelona 13/11/2008

El estudio más completo realizado hasta ahora en obesidad y mortalidad ha confirmado que un índice de masa corporal (IMC) muy elevado o muy bajo incrementan el riesgo de mortalidad y que el perímetro de la cintura es un factor predictor independiente de este riesgo, según Carlos A. González, jefe de la Unidad de Nutrición, Medio Ambiente y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología y coordinador del estudio EPIC en España (a nivel europeo lo es Elio Riboli, del Imperial College, de Londres.

El estudio incluye a diez países: tres representativos del sur de Europa (España, Italia y Grecia); tres de Centroeuropa (Francia, Alemania y Reino Unido), y cuatro del norte (Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega). De estos países se han implicado veintitrés centros de investigación que han reunido una cohorte de 500.000 individuos entre 1993 y 1998, de la que los centros españoles participantes desde Cataluña, Navarra, Asturias y País Vasco han reclutado a 40.000 sujetos.

El estudio que publica hoy The New England Journal of Medicine -cuyo primer firmante es Tobias Pischon y Antonio Agudo, del ICO, uno de sus autores- se basa en una muestra de 359.000 sujetos de los 500.000 de la cohorte de EPIC, tras descartar el resto por distintos motivos. Tras seguirlos un promedio de 9,7 años hasta su muerte, se han registrado 14.723 defunciones. Su objetivo ha sido analizar la influencia de los parámetros antropométricos y la obesidad en la mortalidad de la cohorte estudiada: el peso, la altura, el IMC, la circunferencia de la cintura y la de la cadera, así como la relación entre ambas.

Su relevancia estriba en que se trata del estudio más completo hecho hasta ahora sobre obesidad y mortalidad "por los parámetros medidos, la población y sus años de seguimiento".

Resultados
Los resultados han demostrado que, en hombres, un IMC>35 se asocia con un riesgo relativo de muerte de un 1,94, lo que representa un 94 por ciento más de riesgo respecto a una persona con un IMC normal. Y que un IMC<18,5 se relaciona con un riesgo relativo de 2,3, lo que significa un aumento del riesgo de morir de 130. "Es un dato muy importante, porque refleja que hay un riesgo de mortalidad tanto por obesidad como por excesiva delgadez.

Este riesgo aumenta mucho cuando se está muy por encima o muy por debajo del IMC normal", ha declarado González. En mujeres los resultados han sido similares. Un IMC >35 se asocia a un riesgo relativo de un 1,65, equivalente a un 65 por ciento más de riesgo de mortalidad respecto a un IMC normal; y un IMC<18, a un riesgo relativo de 1,71, es decir, un 71 por ciento más de riesgo de muerte.

En las personas con un IMC elevado las principales causas de muerte son los episodios cardiovasculares y el cáncer y, en las delagadas, son respiratorias, lo que podría asociarse al tabaquismo, aunque debe estudiarse.

En el estudio se ha observado un menor riesgo de muerte en varones con un IMC de 24,3 y mujeres con uno de 25,3.

Otro importante factor predictor independiente de mortalidad es la circunferencia de la cintura. En mujeres con 89 cm de cintura, el riego relativo de muerte es de 1,78, un 78 por ciento más respecto a la mujer con 70 cm; y en varones con una circunferencia de 96,5 a 102,7 cm el riesgo relativo es de 1,63, que equivale a un 63 por ciento más de riesgo, frente a varones con circunferencia menor de 86 cm.

Trascendencia clínica
Los resultados publicados del EPIC en el NEJM tienen una gran trascendencia para la clínica que Carlos A. González sintetiza así: los médicos deberían tomar las medidas tanto de peso como de la altura para estimar el IMC, así como la medida de la circunferencia y de la cadera; y la circunferencia de la cintura y el cociente cintura-cadera son factores predictores de mortalidad independientes del IMC. De hecho, las cifras que se han tomado hasta ahora como límite de este riesgo (102 cm en varones y 88 en mujeres) deberían revisarse, ya que el estudio ha obtenido una gráfica donde ya se aprecia riesgo de muerte a partir de 95 cm en hombres y 78 en mujeres. Y se ha visto que con un índice cintura-cadera>0,89 ya hay un aumento de riesgo de mortalidad significativo, del 15 por ciento, y que sube al 68 por ciento cuando es de 0,99.

Además, el médico que halle un paciente con un IMC bajo pero con una circunferencia de la cintura elevada debe tener presente que tiene obesidad abdominal y un riesgo muy elevado de mortalidad.

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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado

Tamaño de cadera y cintura, clave para predecir riesgo de salud

Tamaño de cadera y cintura, clave para predecir riesgo de salud

jueves 13 de noviembre de 2008
 
Por Gene Emery

BOSTON (Reuters) - Un estudio europeo amplio confirmó que mediciones simples de la cadera y la cintura ofrecerían una mejor forma de predecir la muerte relacionada con la obesidad que el sistema estándar, pero más complicado, vinculado al peso en relación con la altura.

Como el método estándar del índice de masa corporal (IMC) no funciona muy bien en algunas personas, como los ancianos o los fisicoculturistas, los expertos comenzaron a buscar un modo mejor de observar la circunferencia de cintura o la proporción del tamaño de la cintura y la cadera.

Entre las personas con IMC comparables, tener 5 centímetros extra en la cintura aumentaba un 17 por ciento el riesgo anual de muerte en los hombres y un 13 por ciento en las mujeres, según el equipo dirigido por el doctor Tobias Pischon, del Instituto Alemán de Nutrición Humana Potsdam-Rehbruecke.

Cuando calcularon la proporción cintura-cadera dividiendo el tamaño de cintura de una persona por la mayor amplitud de sus caderas, el equipo de Pischon reveló que el riesgo de muerte aumentaba un 34 por ciento en los hombres y un 24 por ciento en las mujeres cada vez que la proporción crecía 0,1.

La circunferencia de cadera sola no predijo la muerte mejor que el IMC, que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la altura en metros, indicaron los autores.

El equipo empleó datos de la Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición, que incluyó a 359.387 personas de nueve países.

Incluso entre las personas con peso normal, los hombres con las mayores cinturas tenían una tasa de muerte más de dos veces mayor que los delgados. Entre las mujeres, la tasa era un 79 por ciento mayor si su peso se ubicaba en el rango normal pero sus panzas eran grandes.

Los resultados, publicados en New England Journal of Medicine, "resaltan la importancia de evaluar la distribución de la grasa corporal aún entre las personas de peso normal y desafían al uso de puntos límite para definir la obesidad abdominal, al menos cuando se utilizan para predecir el riesgo de muerte", escribieron los autores.

Investigaciones previas sugirieron que los hombres no deberían tener una proporción cintura-cadera superior a 0,95, mientras que en las mujeres no debería superar 0,80.

(Editada en español por Ana Laura Mitidieri)


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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado

lunes, enero 23, 2006

La obesidad mata en las islas el triple que el tabaco

Canarias7 - 23/01/2006
La obesidad mata en las islas el triple que el tabaco
(Foto: canarias7)

HUC. Maceira también es jefe de Nefrología del Hospital Universitario de Canarias.

S. Monroy

Las Palmas de Gran Canaria
La Sociedad Canaria de Hipertensión lanza la voz de alarma. Su presidente, Benito Maceira, advierte que la obesidad y las enfermedades derivadas matan en Canarias tres veces más que el tabaco. Pide campañas masivas para atajar un problema «que la sanidad pública no podrá soportar» mucho tiempo.
La tasa de obesidad en Canarias es imparable. En la actualidad, 28 de cada cien canarios tienen un índice de masa corporal igual o superior a 30, es decir, son obesos. «Estamos llegando a los niveles que registra Estados Unidos», enfatizó Benito Maceira, presidente de la Sociedad Canaria de Hipertención y Riesgo Cardiovascular.

Para Maceira, la situación requiere de una intervención inmediata de la Sanidad pública, tan o más rápida que la que tuvo el Gobierno central con la ley contra el tabaquismo, sobre todo en Canarias, «donde tenemos la salud cardiovascular más débil de todo el Estado» y donde, al igual que en el resto del mundo, la obesidad y sus dolencias derivadas -hipertensión, diabetes, colesterol, infarto... todas causas de muerte en las que Canarias se sitúa en los primeros puestos- provocan tres veces más muertes que el consumo de tabaco.

Maceira llama la atención sobre las causas sociales de esta epidemia en las Islas, que pasan por las grandes desigualdades sociales que persisten a pesar del desarrollo.

¿se puede comer sano con 700 euros?
Canarias sufre una desigualdad social brutal, insiste el presidente de la Sociedad Canaria de Hipertensión, Benito Maceira. Es verdad que «estamos en la media española en producto interior bruto, pero mantenemos una bolsa de pobreza que alcanza al 20% de la población», apunta. Unas 400.000 personas viven con menos de la mitad del sueldo medio -700 euros-. Si se tiene en cuenta que comer cuatro veces a la semana verduras y consumir dos piezas de fruta diaria, lo saludable, supone un gasto de 200 euros mensuales para una familia de cuatro miembros, es muy difícil que el tren pueda mantenerse con tan pocos ingresos. «Si esa gente es diabética o sufre de hipertensión y resulta que vive en un sitio donde la cesta de la compra es la más cara de España, es casi imposible que pueda llevar una vida sana», apostilla. Al contrario, «estas personas saciarán mal su hambre» con lo más barato que haya. A esto hay que sumar que los canarios están entre los más sedentarios del Estado, que se trata de un amplio segmento de población con un bajo nivel cultural y una histórica carencia de formación nutricional. Un círculo que, a la larga, dice Maceira, la Sanidad pública «no va a aguantar. Cuando estas personas llegan al médico, ya es tarde».

Cuando el infarto acecha
Obesos. Se calcula que 28 de cada cien canarios son obesos -su índice de masa corporal es igual o mayor que 30-, una cifra que ha crecido rápida y constantemente en los últimos años.

Hipertensos. Los últimos datos que se disponen de la prevalencia de la hipertensión en Canarias son de hace 11 años, cuando uno de cada cuatro canarios era hipertenso. Todo indica, teniendo en cuenta el aumento de la obesidad en la última década, que esta cifra también se ha disparado.
Diabetes. La mitad de las diálisis que se realizan en Canarias corresponden a personas con diabetes, un dato muy significativo si se tiene en cuenta que en la Península la relación es de 15 diálisis a diabéticos por cada cien dializados.

Síndrome metabólico. Como síndrome metabólico se conoce al conjunto de enfermedades derivadas de la obesidad. La persona con este conjunto de patologías tiene tres veces más posibilidades de morir de un infarto de miocardio que el resto de la población.

«La desigualdad social es la culpable»
La profunda desigualdad social en Canarias es la causa de fondo de los altos índices de obesidad en Canarias que van en aumento, según apunta Benito Maceira.

La pobreza implica escasos ingresos e imposibilidad de destinarlos a adquirir alimentos que propicien una alimentación sana. «¿Cómo es posible que un paquete de 13 magdalenas hechas con aceite de coco sea más barato que una baguette?», se pregunta el presidente de la Sociedad Canaria de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular.

Pero además de la desigualdad social existen otros factores que contribuyen a que el 28% de la población canaria sea obesa.

régimen. «Tenemos la cesta de la compra más cara de España, lo que guarda una desproporción terrible con el nivel de renta», aún a pesar del Régimen Especial de Abastecimiento de que disfrutan las Islas -el conocido como REA-.

«El REA no está orientado a abaratar aquellos alimentos que contribuyen a una vida sana, sino que está orientado a abaratar costes de productos como el azúcar, la mantequilla o los lácteos y por tanto la población sigue engordando», sentencia.

La cuestión se convierte en un círculo: pocos ingresos, alimentos sanos caros, fracaso escolar, falta de información nutricional, obesidad, hipertensión, colesterol, diabetes, infartos... y vuelta a empezar.

«Tenemos una población cada vez más obesa, más hipertensa, con más diabetes, más infartada que nos obliga a realizar un llamamiento a la Administración para que se implique de manera activa en campañas masivas de información», concluyó.

Lic. Nut.Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña

Fundación ProSalud A. C. Seattle Washington.

Con problemas de obesidad 50 por ciento de la poblacion

Con problemas de obesidad 50 por ciento de la población

23-enero-06




La mala nutrición se debe a dos factores, a la falta de una cultura alimentaria y a
El 50 por ciento de los mexicanos padece problemas de obesidad, mientras que el otro 50 por ciento sufre de desnutrición, bulimia y anorexia, esto debido a problemas económico-sociales, culturales y psicológicos, expresaron los nutriólogos Ana Cristina Gómez Hernández y Andrei Fisher Arroyo, encargados del consultorio de nutrición de la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana.

La mala nutrición se debe a dos factores principales, la falta de una cultura alimentaria adecuada y a "la inseguridad alimentaria" que consiste en que buena parte de la población, debido a su escasez de recursos económicos no puede asegurarse ni siquiera la alimentación diaria más básica, esto de acuerdo con los nutriólogos.

Al ser México un país con una población pobre, económicamente hablando, la desnutrición es un problema común, ya que la mayor parte de la población no cuenta con los recursos mínimos para tener una dieta balanceada, por lo que recurren a una alimentación basada en cereales, como el maíz, frijol y trigo.

Aunada a las carencias económicas, también se tiene el problema de la cultura alimenticia, la cual a pesar de venirse usando desde hace tiempo no es la correcta, pues anteriormente se ingerían alimentos con mucha grasa y llena de carnes rojas, lácteos y otros productos de origen animal, lo que genera altos niveles de colesterol y triglicéridos que a la larga provocan problemas del corazón, diabetes y otras enfermedades.

Además de la equivocada cultura alimenticia que hay en el país, dijeron, está ocurriendo un fenómeno que debe preocupar a las autoridades, y es el hecho de que se estén adoptando las costumbres de otros países, como es el caso de Estados Unidos, en que predomina la "comida rápida" o "chatarra", la cual tiene un alto contenido de grasas dañinas para el ser humano.

Por otra parte, entre los desórdenes alimenticios más comunes que se encuentran a últimas fechas, dijeron los nutriólogos, están la bulimia y la anorexia, padecimientos que afectan principalmente a las mujeres en las edades que comprenden de los 14 a los 40 años, lo que pone en riesgo su vida.

Señalaron que estos desórdenes alimenticios son provocados por el estrés, la presión que ejerce la sociedad y la inseguridad que puedan sufrir las pacientes, por lo que tienden a dejar de comer hasta que su cuerpo es el que por sí mismo rechaza el alimento o en su caso ellas provocan vómitos para "no engordar".

En cuanto a este problema informaron que en México se calcula que el cuatro por ciento de las mujeres padece, ya sea, de anorexia o bulimia, lo que es un tema que debería preocupar más a las autoridades y emprender campañas de concientización, concluyeron.


Lic. Nut.Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña

Fundación ProSalud A. C. Seattle Washington.



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Culpan a la globalización de ser el plato fuerte de la obesidad


Culpan a la globalización de ser el plato fuerte de la obesidad
 23-enero-06



 

 
La automatización de procesos y el consumo exacerbado que genera la globalización son dos factores centrales en el crecimiento de la obesidad, estimó Juan Manuel Fraire Gloria.

El jefe del Departamento de Medicina Preventiva de la Secretaría de Salud, explicó que en los principios de la civilización, la vida nómada obligaba a la humanidad a ejercitarse continuamente para conseguir alimento y vivienda. Los humanos de entonces tenían que enfrentarse a los animales, fabricar armas y elaborar su vestimenta para sobrevivir.

Poco a poco y a medida de los nuevos descubrimientos, la vida comenzó a volverse sedentaria hasta alcanzar un punto álgido durante la industrialización, donde prácticamente casi todos los procesos se pudieron realizar gracias a las máquinas.

Y ahora, en la globalización, la gente ha modificado sus hábitos alimenticios por la dinámica económica: frente al aumento en la competitividad, se ha generado menos tiempo para comer, preferencia por comidas rápidas, disminución de alimentos elaborados en el hogar y sedentarismo.

“Ahora todo lo hacemos por internet, la televisión la manejamos a control remoto, la comida la pedimos que nos la lleven a la casa. Todo se ha vuelto más rápido pero con consecuencias para la salud”, explicó.

Por ello, la obesidad sólo puede combatirse con remedios naturales: una dieta equilibrada y ejercicio.

Comemos 300 tortillas al mes

Para los psicólogos, la causa principal de esta enfermedad es el estrés, mientras que la nutriología aporta otra cuestión: los hábitos alimenticios y la forma de vida.

“Comemos mucho, no hacemos ejercicio y todo lo hacemos sentados: escribir, comprar, divertirnos”, explicó Fraire Gloria.

La dieta de los mexicanos -y sobre todo la de los regios, acostumbrados a consumir carne roja y refrescos-, no es la más recomendable para gozar de buena salud.

Las estadísticas lo muestran. De acuerdo con cifras de la dependencia estatal, cada mexicano consume, en promedio, 10 tortillas al día, que equivalen a 3 mil 650 al año; a la dieta anual se añaden 20 kilos de carne roja, 20 kilos de pollo, 10 kilos de huevo, 10 de frijol, 10 de pescado, 50 kilos de azúcar, 4 kilos de sal, 365 cigarros y 400 refrescos.

“No tenemos un equilibrio y eso es lo que necesitamos: mientras más se come, se necesita hacer más ejercicio para quemar esa energía”, detalló el funcionario.

Devoran toneladas

Cada mexicano consume al año en promedio:
* 3 mil 650 tortillas
* 20 kilos de carne roja
* 20 kilos de pollo
* 10 kilos de huevo
* 10 kilos de frijol
* 10 kilos de pescado
* 50 kilos de azúcar
* 4 kilos de sal
* 365 cigarros
* 400 refrescos

Proporción de personas con sobrepeso a nivel mundial:

Samoanos – 75 %
Estadunidenses – 51%
Indios Pima - 50%
Mexicanos - 48%
Brasileños - 35%

Fuente: Secretaría de Salud y Récord Guinness 2000


Lic. Nut.Miguel Leopoldo  Alvarado Saldaña

Fundación ProSalud A. C. Seattle Washington.

sábado, enero 21, 2006

OBESIDAD Y SOBREPESO, EPIDEMIAS MUNDIALES

OBESIDAD Y SOBREPESO, EPIDEMIAS MUNDIALES  

Proponen crear comité para prevenir la obesidad
Formar un comité estratégico para la prevención y lucha contra la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles, es el eje de un proyecto del médico Cejas Mariño, que busca tomar estado parlamentario para ser discutido y transformado en ley.

La propuesta que impulsa el médico y ex diputado provincial, Rubén Cejas Mariño, rescata la importancia de una adecuada nutrición, un régimen alimentario sano y la promoción de la actividad física, como herramientas fundamentales para luchar contra la obesidad, una enfermedad que —según estudios mundiales— muestra una tendencia creciente que se afirma año a año. El proyecto fue entregado por Cejas Mariño al diputado Sergio Casas a fines del 2005, con el objetivo de que tome estado parlamentario y pueda ser objeto de debate para alcanzar finalmente la sanción de ley.

El comité mencionado, según se prevé, cumplirá “el rol de enlace entre las distintas políticas públicas, y constituirá un ámbito adecuado para formular políticas públicas, a través de planes estratégicos consensuados”. Además, este organismo deberá “intervenir en la determinación e los objetivos gubernamentales, las políticas referidas a la nutrición y salud, por las normativas que ellas regulan sus estrategias de gestión y sus acciones concurrentes”.

El proyecto estipula múltiples funciones para este comité, entre ellas se incluye: participar en la asignación de prioridades y en la aprobación de planes, programas y proyectos, referidos a la nutrición, alimentación y actividad física, en todos sus órdenes.

Tambien preparar y difundir publicaciones, estudios, informes y estadísticas de temas relacionados con sus competencias; entender en la determinación de los objetivos y en la formulación de las políticas educativas y sanitarias relacionadas con su problemática. Asimismo, deberá entender en las prácticas médicas destinadas al descenso de peso, bulimia y anorexia, resguardando a los consumidores, tanto de la propaganda falaz, como de las prácticas médicas inadecuadas. Y dirigir, supervisar y hacer ejecutar el plan estratégico, como asi también podrá proponer sanciones y multas a quienes transgredan las normativas emanadas del comité estratégico.

La modalidad de expresión del comité será a través de disposiciones en el ámbito interno, y en el caso de las resoluciones, éstas podrán ser: resoluciones de proyecto de ley y/o decretos; y resoluciones de recomendaciones.

El organismo funcionará en el ámbito de la Jefatura de Gabiente, dependiendo en forma directa del funcionario a cargo de esa cartera. Será presidido por un presidente con rango de secretario de Estado, con similitud en el cumplimiento de sus funciones, que será designado por la Función Ejecutiva.

Formarán parte del equipo dos representantes del Ministerio de Salud, dos de Defensa del Consumidor, dos del Ministerio de Educación, tres legislaadores designados por la Función Legislativa (uno por la comisión de Salud, otro por Educación y otro por Legislación General).


OBESIDAD Y SOBREPESO, EPIDEMIAS MUNDIALES

La propuesta de Cejas Mariño encuentra sus bases en la realidad que advierten diferentes organismos nacionales e internacionales, como la Organización Panamericada de la Salud (OPS): las tasas de sobrepeso y obesidad han alcanzado proporcioness epidémicas en todo el mundo. Agrega la OPS que en la región de las Amércias, la epidemia trasciende las fronteras y aqueja por igual a ricos y pobres, así como a personas de todas las edades.

Asimismo, se señala que es probable que los cambios en los modos de vida y el ambiente, ocurridos durante el último medio siglo, expliquen la epidemia. Por ejemplo, las nuevas tecnologías y la producción agropecuaria más eficiente han permitido disponer durante todo el año de alimentos a precios accesibles para sectores muy amplios de la población. Además las ocupaciones más sedentarias, el transporte motorizado, el mayor tiempo que se pasa frente al televisor y la abundancia de dispositivos que ahorran trabajo, favorecen cada vez más la inactividad física.

En contraposición, analiza la OPS, los métodos de tratamiento para controlar la obesidad sólo han obtenido resultados moderados y es poco probable que puedan detener la epidemia; por consiguiente, las estrategias preventivas y de promoción de la salud, tienen grandes probabilidades de dar buenos resultados a nivel de la población.

Además de estos problemas, Cejas Mariño apunta que los países de América del Sur y particularmente Argentina, debido a su estructura demográfica, más envejecida y a la alta incidencia de factores de riesgo, sufren de mortalidad precoz por enfermedades crónicas no transmisibles.

En las áreas urbanas, la violencia social y doméstica, el tabaquismo, el alcoholismo, la obesidad, los accidentes de tránsito, las enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo, la contaminación ambiental y la falta de adecuados sistemas de abastecimiento de agua y alcantarillado, siguen generando fuertes proporciones de la carga de enfermedad de cada año.

Con este panorama de telón de fondo, se vuelve “urgente y prioritario tomar medidas”, afirma en su proyecto el médico. Se requiere de la intervención y coordinación multidisciplinaria de distintos órganos políticos del Estado, en tales tareas se enmarcaría la creación de un comité estratégico.


LO QUE HAY QUE SABER

La obesidad se define generalmente por un Indice de Masa Corporal (IMC), que resulta de un cálculo matemático tomando el peso expresado en kilos, dividido por la estatura expresada en metros. Si esta operación arroja un índice entre 20 y 21, la persona está en condiciones óptimas. En tanto, a partir de los 25, ya se habla de sobrepeso y si se supera los 30, se define como obesidad.

Algunos especialistas sostienen que desde el punto de vista clínico, este cálculo es insuficiente, por cuanto no es lo mismo acumular la grasa en el abdomen, que implica más riesgo, que acumular en la cadera, muslos y cola, que no representa peligro.

Por ello se sugiere medir la circunferencia de la cintura con un centímetro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone como máximo una circunferencia de 102 en el hombre y 88 en la mujer. En tanto que recientes propuestas, como la de la Federación Internacional de Diabetes, propone una cifra bastante menor, de 94 centímetros en el hombre y 80 en la mujer de circunferencia, en cintura tomada en el ombligo.

UNA Problemática GLOBAL

A partir de los años `90, la obesidad es considerada como la primera enfermedad crónica que se tornó epidémica, dado que pasó de ser una enfermedad que afectaba a las clases más pudientes, porque las calorías y las grasas eran costosas, a ser una enfermedad global, del desarrollo y subdesarrollo, es decir, que también afecta a los pobres. Esto debido a que los alimentos calóricos y bajos en calidad nutricional no son tan caros y entonces, están accesibles a todas las clases sociales.

De este modo, el 60 por ciento de la población de regiones hiperdesarrolladas y subdesarrolladas tiene exceso de peso. En tanto que el 30 por ciento está afectado por la obesidad.

Con estos números, se estima que en el 2020, en el mundo, habrá una prevalencia de obesidad riesgosa del 50 por ciento, en cuanto al sobrepeso alcanzará el 80 por ciento.




Lic. Nut.Miguel Leopoldo  Alvarado Saldaña

Fundación ProSalud A. C. Seattle Washington.